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La electromovilidad sigue ganando terreno a medida que los consumidores buscan opciones de transporte más sostenibles, pues este último es de los sectores que más emisiones de carbono (CO2) genera a nivel mundial, produciendo el 15% del total en 2018, solo por detrás de la industria eléctrica.
Mientras que los vehículos eléctricos (EV) producen hasta menos de la mitad de las emisiones que los autos de gasolina, desde su fabricación hasta su eliminación.
Sin embargo, a pesar de sus grandes atributos, el cambio a un EV ha tardado en cobrar impulso, y la principal preocupación de los consumidores se debe a la falta de infraestructura de carga pública que actualmente existe.
En México solo hay un total de 2,089 estaciones de carga
públicas para vehículos eléctricos.
Si tomamos en cuenta que 43% de los consumidores mexicanos planea comprar un auto eléctrico, hay una necesidad latente de disponer una mayor cantidad de instalaciones de carga.
Los esfuerzos por mitigar este problema comienzan a convertirse en una prioridad para los fabricantes, tal es el caso de la compañía holandesa EVBox que anunció una alianza con Covestro, empresa dedicada a la producción de polímeros de alto rendimiento, para comercializar un novedoso cargador de pared hecho a partir de biorresiduos y materiales residuales; y, de esta forma, ofrecer una alternativa a la falta de infraestructura que existe actualmente.
Dicha aplicación es única en su clase debido a que el impacto ambiental es más significativo, pues logra que los recursos fósiles no solo se ahorren cuando se conduce un vehículo eléctrico, sino también durante la fabricación de las estaciones de carga.
Cabe destacar que en esta innovación se utiliza el material Makrolon® RE, de Covestro, pues sus compuestos son idénticos a sus equivalentes de origen fósil y tienen las mismas propiedades de resistencia a humedad, el calor y el frío, puede estabilizarse contra la radiación UV y es anticorrosivo.
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Además, esta estación de carga cuenta con aislante eléctrico, por lo que su resistencia al impacto lo hace seguro contra el vandalismo, por ejemplo.
La huella de carbono de la estación de carga se reduce en aproximadamente 10 kilogramos equivalentes de CO2.
Si todas las carcasas de las estaciones de recarga del mundo se fabricaran con este material, en lugar de los
convencionales, se podrían emitir un total de 450,000
toneladas métricas menos entre 2022 y 2030.
Este nuevo cargador de pared ya se encuentra disponible y listo para hacer que la carga sea lo más fácil posible para que se despierte con un vehículo eléctrico completamente cargado, todos los días.
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